Vacunas contra la COVID-19 a base de células de feto abortado”. Esta es la afirmación que hace una persona en un video, que se comparte en redes sociales. Sin embargo, no es una declaración verdadera. Aquí te explicamos por qué es falsa y cómo las células de un aborto hacen posible la investigación de vacunas.
“Las vacunas estarán hechas a base de células de bebes (sic) abortados”, asegura un video que circula en redes sociales, con desinformación acerca de la producción de las vacunas contra la COVID-19. En el video, una persona que no se identifica, vestida con sotana negra y un solideo, informa que la vacuna que elabora el laboratorio británico AstraZeneca incluye células de abortos. Una declaración que, según expertas en biomedicina, es un bulo.
Según Dalia Lau Bonilla, doctora en biología molecular, especializada en microbiología y docente de la Escuela de Posgrados de Farmacia, de la Universidad de San Carlos de Guatemala, las investigaciones que preceden a la elaboración de vacunas, diagnósticos y tratamientos utilizan líneas celulares, que son células clones de células originales que los laboratorios extraen.
“Es como las células HeLa, que provienen de un tumor de una señora llamada Henrietta Lacks. Esas células se cosecharon en la década de 1960 y desde entonces se han multiplicado para utilizarse en estudios”, explica Lau.
En el caso de la vacuna que elabora el laboratorio AstraZeneca en colaboración con la Universidad de Oxford, se ha utilizado la línea celular HEK-293, proveniente del riñón de un feto de un aborto legal, producido en Alemania en 1972, según publicó la periodista investigadora de temas biomédicos y políticos, Meredith Wadman en la revista Science. “Las células HEK-293 utilizadas hoy en día son clones de esas células originales… no son células de bebés abortados”, explicó la Universidad de Oxford al medio español Newtral. Es decir, son réplicas creadas en laboratorios.
Esta línea celular la ha utilizado AstraZeneca, la Universidad de Pittsburgh y el Instituto de Biotecnología de Beijing. “Ni las vacunas de los laboratorios Pfizer o Moderna han utilizado líneas celulares provenientes de fetos en su diseño, desarrollo o producción”, asegura la Universidad de Alabama en Birmingham, Estados Unidos.
La información oficial sobre estas vacunas es sacada de contexto en el video. “Aceptar la matanza de niños no nacidos o participar de ella a partir de esta vacunación con células de niños asesinados podría ser el signo apocalíptico de la bestia”, afirma la persona en los primeros dos minutos del video. Sin embargo, es falso que los laboratorios estén asesinando niños o extrayendo células en la actualidad de fetos abortados.
Otra de las aseveraciones que se hacen en el video es que esta “será, supuestamente, la única vacuna eficaz. No se permitirá alternativas”. Una afirmación errada, pues en países como Estados Unidos, Costa Rica, México, Rusia y Arabia Saudita la vacunación contra la COVID-19 inició en diciembre del 2020. Estos países están utilizando las vacunas de otros laboratorios como Pfizer-BioNTech y Moderna.
En una segunda parte del video, una voz en off hace un recorrido en internet para conocer qué significa uno de los compuestos de la vacuna que elabora AstraZeneca: ChAdOx1-S (recombinant). Para ello hace una búsqueda superficial en Google y en Wikipedia y extrae información incompleta. La voz asegura que el compuesto de la vacuna incluye una línea celular MRC-5 y lo resume a que la vacuna contiene “tejido de fetos”. “Originalmente desarrollado a partir del tejido pulmonar de un feto varón caucásico, abortado de 14 semanas”, es su conclusión.
Sobre esto, el miembro de la junta directiva de la Asociación Española de Vacunología (AEV) explicó a Agencia EFE que la abreviatura “ChAdOx1” corresponde a un grupo de virus proveniente del chimpancé, que fue utilizado para la investigación y el testeo de la vacuna.
Las declaraciones del video son las mismas que utilizó durante una misa en junio de 2020 el arzobispo Antonio Cañizares, de Valencia, España, para asegurar a la comunidad católica que la vacuna “se fabrica a base de células de fetos abortados”. Una declaración errada, dada la información científica que se ha publicado desde entonces. Seis meses después de ese mensaje, el papa Francisco (Jorge Mario Bergoglio) afirmó que es moralmente aceptable que la comunidad católica reciba la vacuna contra la COVID-19 a pesar de que se haya utilizado una línea celular de tejido fetal en sus investigaciones. Bergoglio, además, ya recibió la primera dosis de la vacuna Pfizer contra la COVID-19.
Las declaraciones hechas en el video, que ha sido compartido a través de Whatsapp y páginas en Facebook como “Alternativos.cl”, que asegura ser un medio periodístico, apela a creencias religiosas y cita fuera de contexto la información sobre la elaboración de vacunas. Por tanto, este video es un bulo.