En el ondulante camino por contener al COVID-19, los médicos de todo el mundo han usado desde antiinflamatorios y antivirales hasta plasma sanguíneo y células madre. A pesar de que la ciencia ya ha ofrecido suficientes pruebas sobre la ineficacia o perjuicio de algunos de ellos, ciertos gobiernos de América Latina insisten en mantenerlos en sus tratamientos oficiales. Medicamentos como la hidroxicloroquina o la azitromicina ya no deberían aplicarse en los hospitales, sin embargo países como Perú, Brasil o México continúan ofreciéndolos sin atender a las advertencias de la comunidad científica internacional.
En este especial, con la colaboración de la Fundación Epistemonikos, hemos analizado la evidencia disponible para algunos de los tratamientos y medicamentos más usados contra el coronavirus. Luego hemos elaborado una clasificación de siete niveles (desde “altamente efectivo” hasta “la ciencia no lo avala”) que describe la utilidad de estas terapias. La clasificación se actualiza cada semana de acuerdo a la nueva evidencia disponible.