Está circulando una cadena de WhatsApp que recoge las afirmaciones de Mike Yeadon, un extrabajador de Pfizer que no es el exvicepresidente de la farmacéutica como se dice en la cadena. Según Yeadon, los gobiernos nos están mintiendo de una manera que podría llevarnos «a la muerte» y pretenden «matarnos» a través de las vacunas.
La fuente de estas declaraciones, según apunta el texto, es una entrevista a Mike Yeadon en la web LifeSiteNews. En esta, Yeadon afirma que es imposible que las variantes del SARS-CoV-2 «escapen a la inmunidad», por lo que las vacunas «complementarias» o de «refuerzo» que compañías farmacéuticas están desarrollando contra las variantes del virus son innecesarias. Asegura que la Administración de Medicamentos y Alimentos de EEUU (FDA) y la Agencia Europea del Medicamento (EMA) han anunciado que no son obligatorios los «estudios de seguridad clínica» para aprobar las vacunas de «refuerzo», lo que significaría que el diseño de estas vacunas pasa «de la pantalla de la computadora de una compañía farmacéutica a los brazos de cientos de millones de personas». Yeadon dice que no hay ninguna «razón benigna» para desarrollar estas vacunas de «refuerzo» y que se podrían utilizar para la «despoblación masiva«. Os explicamos por qué son falsas estas afirmaciones.
Las variantes del SARS-CoV-2 sí pueden escapar a los anticuerpos neutralizantes y, por lo tanto, la eficacia de la vacuna podría reducirse
Para empezar, Yeadon no tuvo el cargo de vicepresidente de Pfizer. Según su perfil de LinkedIn, trabajó en la farmacéutica entre 1995 y 2011 y tuvo el cargo de jefe científico y vicepresidente de investigación respiratoria y de alergias.
En la entrevista de la que os hablamos, Yeadon asegura que es imposible que las variantes del SARS-CoV-2 escapen a la «inmunidad». Dice que la variante más distinta al virus original lo es sólo un 0,3% y que, en el caso de que fuéramos reinfectados con una variante, nuestro sistema inmunológico seguiría reconociendo el virus.
Para justificar esta afirmación, Yeadon explica qué es lo que hace el sistema inmunológico frente a un patógeno y habla del papel de las células presentadoras de antígeno profesionales (APC), que son un grupo heterogéneo de células que participan en la respuesta inmunitaria celular procesando y presentando antígenos para que ciertos linfocitos los reconozcan. En palabras de Yeadon, las APC se encargan de «romper» los antígenos y presentar las «piezas» a otras partes del sistema inmunológico.
Asegura que, aunque una pequeña parte del virus cambie con una variante, esas «piezas» seguirían siendo reconocidas. “No hay absolutamente ninguna posibilidad de que todas ellas no sean reconocidas y eso es lo que se requiere para un escape inmune, para escapar de tu inmunidad (…) [El patógeno] debe ser lo suficientemente diferente como para que, cuando lo corten las células profesionales, no se encuentre casi lo mismo que se ha visto antes. Y eso es absurdamente imposible cuando solo has variado un 0,3%, por lo que es un 99,7% (similar)«, señala Yeadon.
Isabel Solá, viróloga del laboratorio de coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), indica a Maldita Ciencia que la descripción que hace Yeadon sobre cómo se produce la respuesta inmune frente a un patógeno es cierta. Como también lo es que cuánto más pequeñas sean las diferencias entre dos virus, más difícil es que la variante pueda escapar a la inmunidad inducida por el virus original.
Sin embargo, según Solá, «no todas las partes del virus son igual de importantes en la respuesta inmune». La viróloga señala que los anticuerpos neutralizantes se inducen frente la proteína S del virus «y más preferentemente» frente al dominio de unión al receptor (RBD), que es la zona de la proteína S que abre la puerta de las células humanas al encajar con su receptor, la proteína ACE2. Y, a pesar de que la variante sea muy similar al virus original, los cambios en esta región pueden favorecer el escape de las variantes a los anticuerpos neutralizantes.
Lo mismo nos dice Sonia Zúñiga, viróloga e investigadora del CNB-CSIC: «Las variantes que preocupan ahora lo hacen porque tienen uno o varios cambios en este RBD, por eso se ha visto que la capacidad de neutralizar el virus de los anticuerpos de personas que han pasado la enfermedad o de personas vacunadas, puede ser algo menor».
El virólogo Pepe Alcamí, del Instituto de Salud Carlos III, afirma que el escape de las variantes «no es un problema cuantitativo» y «decir que sólo cambia un 0,3%» es simplificarlo. Alcamí explica se han definido «cuatro dominios» en la proteína S que son los que los anticuerpos tienen que bloquear. «¿Qué ocurre con las variantes? Que algunas cambian dos de los cuatro dominios susceptibles de neutralización como la variante Brasileña y Sudafricana. Y en ese contexto nuestros anticuerpos tienen menos dianas y la respuesta es menos potente, con lo que las nuevas variantes pueden escapar a la acción de una parte de los anticuerpos que inducen las vacunas», indica.
Pero, según los expertos, aunque la eficacia de las vacunas frente a las variantes puede reducirse, no desaparece por completo. La viróloga Isabel Solá explica que es complicado que el RBD pueda cambiar «radicalmente» y escapar completamente de la neutralización de los anticuerpos. Además, el sistema inmune dispone de otras herramientas aparte de la respuesta de los anticuerpos, como es la «respuesta celular (linfocitos T), que reconoce otras partes del virus». Según Solá, «se ha visto que la respuesta celular de las personas recuperadas conserva bastante bien su potencia frente a las variantes conocidas».
No es cierto que la FDA y la EMA hayan anunciado que aprobarán las vacunas contra las variantes del virus sin realizar «estudios regulatorios»
En la entrevista, Mike Yeadon señala que las farmacéuticas ya han comenzado a desarrollar vacunas para las variantes. Y asegura que la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) de EEUU y la Agencia Europea del Medicamento (EMA) han anunciado que las farmacéuticas no tendrán que hacer «ningún estudio de seguridad clínica» o «estudios regulatorios» para que se aprueben. Lo que implicaría, según Yeadon, que las vacunas «pasan de la pantalla de la computadora de una compañía farmacéutica a los brazos de cientos de millones de personas«, algo que se podrían utilizar «para la despoblación masiva«. Pero no es cierto que la FDA y la EMA hayan declarado que aprobarán las vacunas para las variantes sin regulación.
La EMA anunció a finales de febrero los requisitos para las vacunas destinadas a proteger contra las variantes del virus. En este documento, se especifican los datos clínicos, no clínicos y de calidad que serían necesarios para la aprobación de una vacuna modificada que se obtenga a partir de una vacuna contra la COVID-19 que ya ha recibido la autorización de comercialización en la Unión Europea (UE).
Como recoge la Asociación Española de Vacunología (AEV), la EMA pide que las nuevas vacunas empleen la misma tecnología y que sólo cambie el antígeno seleccionado. «La nueva vacuna deberá fabricarse por la misma farmacéutica, en línea con el proceso y los controles seguidos con la ‘parental'», explica la AEV. En el documento, la EMA afirma que no son necesarios estudios de laboratorio in vitro o in vivo pero sí ensayos clínicos basados en datos de inmunogenicidad. Y, a menos que haya preocupaciones sobre la seguridad de la vacuna «original» o que surjan durante los ensayos, los datos de seguridad recopilados durante los ensayos de inmunogenicidad serían suficientes para la aprobación. Por lo tanto, no es cierto que las farmacéuticas puedan diseñar vacunas e inyectaras a la población sin regulación, como dice Yeadon.
Por su parte, la FDA actualizó en febrero su guía de octubre de 2020 para dar nuevas directrices a las compañías que ya han obtenido una autorización de uso de emergencia (EUA, por sus siglas en inglés) y que están intentando modificar sus vacunas contra la COVID-19 para hacer frente a las nuevas variantes. La FDA detalla que, en este caso, las vacunas se aprobarían mediante una enmienda a la EUA. Aunque de momento, como se recoge en esta nota de prensa del 22 de febrero, la agencia considera que las vacunas autorizadas siguen siendo eficaces para proteger frente a las variantes.
La FDA da recomendaciones científicas y recomendaciones para las evaluaciones de seguridad en la guía. Se recogen los requisitos necesarios con respecto a la química, la fabricación y la información de controles, como también los datos no clínicos y los datos clínicos que se piden para que se apruebe una enmienda a la EUA. Por lo tanto, no es cierto que la FDA permita que las vacunas modificadas pasen directamente de la pantalla del ordenador a los brazos de los ciudadanos, como afirma Yeadon.
De hecho, a finales de marzo, los National Institutes of Health (NIH) de EEUU anunciaron que había comenzado la fase I de los ensayos clínicos de una vacuna de Moderna para hacer frente a la variante sudafricana, que se ha detectado en al menos 9 estados de EEUU. Anthony Fauci, director del National Institute of Allergy and Infectious Diseases (NIAID), dijo que «los datos preliminares muestran que las vacunas COVID-19 actualmente disponibles en los Estados Unidos deberían proporcionar un grado adecuado de protección contra las variantes del SARS-CoV-2. Sin embargo, por precaución, el NIAID ha continuado su asociación con Moderna para evaluar esta variante candidata a vacuna en caso de que sea necesaria una vacuna actualizada”.
Otras desinformaciones que Mike Yeadon ha difundido durante la pandemia de COVID-19
Mike Yeadon ha difundido otros bulos y desinformaciones durante la pandemia de COVID-19. Por ejemplo, afirmó en octubre de 2020 que no había necesidad de vacuna y que la pandemia había terminado. Pero en Maldita.es lo desmentimos.
En la entrevista en LifeSiteNews, también dice que «es una falacia esta idea de transmisión asintomática», un bulo que hemos desmontado en numerosas ocasiones en Maldita Ciencia. En este texto, también afirma que los confinamientos no funcionan y que las mascarillas no protegen. Pero los verificadores británicos de Full Fact, miembros del International Fact-Checking Network (IFCN) al igual que Maldita.es, también lo han desmentido.
Además, en la cadena de WhatsApp que se mueve se le atribuyen otras afirmaciones a Yeadon que no aparecen en la entrevista en LifeSiteNews (que es supuestamente la fuente de las declaraciones). Se trata de frases como «inmediatamente después de recibir la primera inyección, alrededor del 0,8% de las personas mueren en dos semanas. Los supervivientes tienen una esperanza de vida de 2 años de media, pero ésta disminuye con cada inyección de refuerzo» o «cada persona que ha recibido la inyección morirá con toda seguridad de forma prematura, y 3 años es una estimación generosa del tiempo que pueden esperar permanecer con vida». Pero no encontramos que Yeadon sea el autor de estas declaraciones. Y la cadena tampoco aporta ningún argumento, referencia o prueba que sostenga estas afirmaciones. Como indica el Ministerio de Sanidad, «la seguridad de las vacunas es fundamental para que sean autorizadas. Durante este proceso de autorización, varios mecanismos comprueban su seguridad, que también se vigila de forma estrecha cuando comienzan a ser utilizadas entre la población». Como ya os hemos explicado en Maldita.es, los sistemas de farmacovigilancia se encargan de monitorizan los efectos de la vacuna frente a la COVID-19.