Nos habéis preguntado por una publicación que afirma que la vacunación obligatoria viola los principios de la bioética, que no hay evidencias científicas de que exista el coronavirus, que la PCR es inespecífica o que la trombosis es la principal causa de muerte por COVID-19. Algunas de estas afirmaciones están descontextualizadas y otras no son ciertas. Os lo explicamos.
En España, salvo en situaciones excepcionales, la vacunación es voluntaria
En la imagen compartida en Facebook se menciona que las vacunas “están en violación directa del Código Nuremberg”. “Hoy, la vacunación forzada y obligatoria viola estos principios. Es una violación del artículo 6 de la declaración de la UNESCO 2005 sobre bioética y derechos humanos”.
El Código de Núremberg fue publicado en 1947 y recoge una serie de principios que rigen la experimentación con seres humanos. Resultó de las deliberaciones de los Juicios de Núremberg después de la Segunda Guerra Mundial, que sancionaron las responsabilidades de los nazis con respecto a los experimentos médicos que se llevaron a cabo con prisioneros en sus campos de concentración.
Este código establece que es esencial el consentimiento informado y voluntario de la persona que vaya a participar en un experimento. Es importante tener en cuenta que las vacunas que recibe la población antes de ser aprobadas han pasado por múltiples fases y ensayos clínicos y la reglamentación al respecto es muy estricta, tal y como os explicamos aquí.
En cuanto al artículo 6 de la declaración universal sobre bioética y derechos humanos de la UNESCO, este establece que “toda intervención médica preventiva, diagnóstica y terapéutica sólo habrá de llevarse a cabo previo consentimiento libre e informado de la persona interesada, basado en la información adecuada”.
Esta idea se corresponde con el principio de autonomía, considerado uno de los cuatro principios de la bioética —definidos en 1979 por los bioeticistas Tom Beauchamp y James Franklin Childress—. Pero en algunos casos puede entrar en conflicto con el principio de “no maleficencia”, que establece la prohibición de producir intencionada o imprudentemente daño a otros.
En España, salvo en situaciones excepcionales, la vacunación es voluntaria (y recomendable). “Nuestro ordenamiento no incorpora explícitamente el deber de vacunación y nadie puede, en principio, ser obligado a vacunarse”, explicó a Maldita Ciencia el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP).
No obstante, la vacunación obligatoria se podría imponer en caso de epidemias, según el CAV-AEP, tal y como os explicamos aquí.
¿Se podría obligar en un futuro a toda la ciudadanía a vacunarse contra la COVID-19? «Actualmente solo se puede obligar a vacunar por un problema de salud pública y a través de los juzgados. Así que o se cambia la legislación o el Gobierno lo considera un problema de salud pública o no se podría obligar a vacunarse de esta enfermedad a nadie», sostiene el CAV de la Asociación Española de Pediatría.
No obstante, aún puede ser precipitado valorar si una posible vacuna podría ser obligatoria teniendo en cuenta que, tal y como explica la OMS, no existe a fecha de 8 de agosto ninguna vacuna ni medicamento específico para prevenir o tratar la COVID-19.
El coronavirus sí existe
La imagen publicada va acompañada de un texto en el que se afirma que no hay ninguna evidencia científica de que exista el coronavirus. Es un bulo. Jorge Carrillo, vocal de la Sociedad Española de Inmunología e investigador en irsiCAIXA, recuerda a Maldita Ciencia cómo el SARS-CoV-2 se identificó hace meses en una persona infectada en China, tal y como recoge este artículo publicado en la revista científica Nature. Existen diferentes artículos pioneros que demuestran su existencia como este, este o este.
Desde entonces, el virus se ha aislado de otros muchos pacientes: “Se ha confirmado su secuencia de ARN mediante secuenciación y se ha podido establecer que es un coronavirus similar al SARS-CoV”. También “se ha observado con microscopio electrónico y se ha podido aislar de pulmones de personas fallecidas por esta enfermedad”.
Víctor Jiménez Cid, catedrático de Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Sociedad Española de Microbiología, explica a Maldita Ciencia que “hemos detectado, caracterizado y secuenciado su genoma no una, sino miles de veces para seguir su evolución”.
“Lo hemos cultivado en el laboratorio y se han hecho impresionantes estudios en su biología. El virus, como el resto de virus que conocemos, es una realidad, nos guste o no”, afirma. Eso no quiere decir que sepamos todo sobre él: “Lo que ignoramos aún es su orígen, es decir, ¿cuándo se dio el salto de especie? ¿Desde qué especie animal? ¿Cuánto tiempo ha estado circulando en el ser humano antes de detectarlo a finales de 2019 en Wuhan?”.
La PCR no da muchos falsos positivos y no es inespecífica
En el texto también se afirma que el test PCR es inespecífico y “detecta indiscriminadamente cientos de virus, bacterias y microorganismos”. “Puedes dar positivo incluso si tienes la gripe común”, indica. Estas afirmaciones no son ciertas. La PCR no es inespecífica y no da falsos positivos por cualquier otro virus, tal y como os explicamos aquí y aquí.
José Manuel Bautista, catedrático de Biología Molecular que coordinó el laboratorio de detección COVID-19 de la Universidad Complutense de Madrid, explica que «no es cierto que la PCR que se está utilizando ahora sea inespecífica”,
“Los cebadores para amplificar (sustancias necesarias en la reacción en que se basa las PCR) son específicos para SARS-CoV-2 (el coronavirus que causa la enfermedad) y no para otros virus. Está demostrado en muchas publicaciones. Hay otros PCR generalistas para detectar más coronavirus, pero los que se usan ahora son altamente específicos», afirma.
Benedetta Bolognesi, del Instituto de Bioingeniería IBEC de Barcelona, cuenta a Maldita Ciencia que, aunque los falsos positivos existen, «no es probable tener falsos positivos y tampoco lo es porque detecte otros coronavirus”: “La PCR es específica. Si hay discrepancia tienes que repetir la prueba».
No hay evidencias de que se hayan prohibido autopsias
Según la publicación, se “prohíben autopsias para ocultar pruebas de sus falsos diagnósticos”. No hay evidencias de que sea así, como ya os explicamos aquí.
No es la primera vez que circulan textos que afirman que la Organización Mundial de la Salud ha prohibido la realización de autopsias. La OMS no ha sugerido esta prohibición en casos positivos de infección por el nuevo coronavirus.
De hecho, a través de este documento sobre la prevención y control de infecciones para la gestión segura de cadáveres en el contexto de la COVID-19, proporciona las medidas técnicas y ambientales de control necesarias para estos análisis post mortem. Es decir, no solo no las prohíbe, sino que facilita los detalles para poder llevarlas a cabo.
Es cierto que, en muchos países, entre ellos España, la realización de autopsias en casos de SARS-CoV-2 positivo desde el inicio de la crisis sanitaria ha estado limitada y regulada.
En el caso de Italia, este comunicado del Ministerio de Salud, publicado el 8 de abril, apuntaba que «no debían realizarse autopsias durante todo el periodo de la fase de emergencia en casos confirmados de COVID-19, tanto si el paciente falleció mientras estaba hospitalizado como si murió en casa».
Sin embargo, dos párrafos después, especificaba que, “en caso de ejecución del examen […] además de una cuidadosa evaluación preventiva de riesgos y beneficios asociados con este procedimiento, y la aplicación de todas las precauciones durante la asistencia al paciente” estos solo podrán realizarse “en aquellas salas del sector que garanticen las máximas condiciones de seguridad y protección de enfermedades infecciosas para los operadores en el entorno de trabajo”.
Desde Maldita Ciencia nos pusimos en contacto con las autoridades italianas y Aurelia Fonda, secretaria de Prevención de Salud en el Ministerio italiano, nos confirmó que sí era posible llevar a cabo estas prácticas si (y solo si) se disponía de las medidas de bioseguridad adecuadas detalladas en el propio documento ministerial.
No hay evidencias de que la vacuna contra la gripe aumente el riesgo de infección por coronavirus
Además, en el texto se afirma que “esconden la probada interferencia de la vacuna contra la gripe común” y que “casi todos los fallecidos se habían vacunado contra la gripe común”. No hay evidencias científicas de que la vacuna contra la gripe aumente el riesgo de infección por coronavirus o de padecer un caso de COVID-19 más grave, tal y como os contamos aquí y aquí.
Carrillo aseguró a Maldita Ciencia que no existe una relación causal entre la vacunación por gripe y la posibilidad de morir por COVID-19. “Los factores de riesgos asociados con la mortalidad por COVID19 están bien establecidos, es posible que falte alguno, pero desde luego la vacunación previa no será una de ellas”, explicó.
De hecho, el único estudio que establece un vínculo entre ambas no solo es de muy baja calidad, como argumentaba en Maldita Ciencia Jaime Martín-Benito, virólogo del Centro Nacional de Biotecnología; sino que su propio autor concluye que “los resultados generales mostraron poca o ninguna evidencia que apoyara la asociación de la interferencia del virus y la vacunación contra la gripe”. La investigación admite, incluso, que no se puede establecer una relación causa-efecto entre la vacunación contra la gripe y el mayor riesgo de dar positivo en otros virus respiratorios.
La trombosis es una de las posibles complicaciones de la COVID-19, no la principal causa de muerte
En la publicación también se indica que “te cuentan que mueren por neumonía hasta que médicos italianos descubren que el problema son los trombos y que basta una simple aspirina para evitar que te enchufen a un respirador”.
Los enfermos de COVID-19 pueden desarrollar trombosis, pero no hay evidencias de que la trombosis sea la verdadera causa de muerte por COVID-19. Os lo contamos aquí.
Desde que se empezó a tratar pacientes con la COVID-19 en China, se sabe que en los pacientes graves existen trastornos de la coagulación que requieren tratamiento, tal y como os hemos explicado aquí.
Por las evidencias hasta la fecha, el fallo respiratorio es la principal causa de muerte en la enfermedad de la COVID-19, tal y como dice este artículo del Lancet. Aunque es importante recordar que en muchos casos intervienen otras causas, debidas, entre otros factores, a condiciones previas.
Sin embargo, no hay evidencias de que la trombosis sea la causa de muerte por COVID-19 ni que la heparina o cualquier anticoagulante (y mucho menos la aspirina) sea la forma más eficaz de combatir la enfermedad.
No hay evidencias de que usar mascarilla cause hipoxia
La publicación critica que para combatir la COVID-19, te obliguen a taparte la boca y la nariz con “un bozal” que “no te permite respirar y oxigenarte”. No hay evidencias científicas que demuestren que el uso de mascarillas provoque a sus portadores una carencia de oxígeno, tal y como os contamos aquí.
María Elisa Calle, experta en Epidemiología y Salud Pública y profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, asegura que «el uso de mascarillas no produce hipoxia (falta de oxígeno en el organismo)». Las mascarillas, según explica, no son estancas: entra aire por los laterales y la parte superior y con ese aire entra el oxígeno y se elimina el dióxido de carbono.
“Además, los tejidos utilizados dejan pasar el gas y el oxígeno es un gas. Respiramos oxígeno mezclado con nitrógeno y espiramos CO2, que también es un gas. Si fuera cierto, los cirujanos que intervienen durante varias horas, estarían muertos”, afirma Calle, que además forma parte de la Asociación de mujeres investigadoras y tecnólogas (AMIT).
No hay evidencias de que sea imposible crear una vacuna contra el coronavirus
En el texto se afirma que prometen “vacunas imposibles” contra el virus. No hay evidencias de que sea así. A día de hoy hay decenas de equipos de investigación desarrollando distintas vacunas contra el coronavirus, tal y como os explicamos aquí.
¿Por qué podemos pensar desde un punto científico que las vacunas contra el SARS-Cov-2 van a ser eficaces? No es posible afirmar con total seguridad que vayamos a conseguir una vacuna eficaz. Pero la doctora en biología Nuria Izquierdo-Useros explica en El País que la razón fundamental por la que los científicos son optimistas es que este virus, a diferencia de lo que ocurre con el VIH, “tiene una tasa de mutación mucho, mucho, mucho más baja”.
“Si fuera imposible no habría más de 150 proyectos en marcha e inversiones millonarias. No sabemos cuál pasará las pruebas de seguridad y eficacia. Probablemente varias. No hay razones de peso para vaticinar que ninguna será eficaz”, afirma Jiménez.
Según explica, este virus “no debería ser especialmente complicado en ese aspecto, aunque es posible que la inmunidad no sea tan duradera como la conseguida por otras vacunas”.
Por su parte, Carrillo considera “muy probable” que se acabe encontrando una vacuna. El vocal de la Sociedad Española de Inmunología recuerda que ya están probando varias en fases clínicas.
Primera fecha de publicación de este artículo: 11/08/2020.