Conforme aumentan las cifras de contagios en el mundo, se acelera el desarrollo tecnológico para producir pruebas que detecten la COVID-19. Algunas de estas pruebas detectan el SARS-CoV-2, el virus que provoca la enfermedad COVID-19; y otras determinan la presencia de anticuerpos, tras la presencia del virus en un cuerpo. Aunque sus resultados puedan ser similares, no es lo mismo. Las pruebas de anticuerpos no detectan al virus, por lo que no son útiles para el diagnóstico de la enfermedad y su tratamiento médico.
Dalia Lau Bonilla, doctora en biología molecular, especializada en microbiología y docente de la Escuela de Posgrados de Farmacia, de la Universidad de San Carlos, explica a Fáctica las diferencias entre la prueba PCR (reacción en cadena de la polimerasa, por sus siglas en inglés), la prueba de antígenos y la de detección de anticuerpos.
“La prueba molecular de PCR requiere que se trabaje en un laboratorio químico para extraer material de la muestra que se hace con hisopado y con una serie de reactivos químicos determinar si una persona es portadora del virus o no”, explica Lau Bonilla.
La prueba de antígenos, al igual que la prueba molecular requiere de un hisopado para extraer células, describe la especialista. Sin embargo, esta prueba utiliza partes de las células para determinar si hay virus o no. “Se detectan proteínas o pedazos del virus a través de un químico y en 15 minutos hay resultado”, dice.
Por último, las pruebas que descubren anticuerpos, que no se dirigen a detectar el virus, sino a medir las defensas que una persona genera, luego de días de portar el virus. “El cuerpo necesita al menos una semana después de haberse expuesto para dar positiva en este tipo de prueba, porque hasta ese entonces se producen defensas”, explica Lau, quien agrega que los mismos fabricantes de estas pruebas recomiendan esperar a que haya presencia de síntomas para someterse a ésta. “Si una persona tuvo un contacto hoy y se hace esta prueba en tres días, dará negativo”, asegura.
Rudy Trujillo, médico laboratorista de la Clínica Estética Rinnova donde ofrecen el servicio de este tipo de pruebas en la capital de Guatemala, confirma que estas son más efectivas para personas que ya presentan síntomas. “Si una persona tuvo contacto hace pocos días, podría dar negativa la prueba. En ese caso lo que recomendamos es que pueda volver por otra prueba algunos días después”, dice.
“Se inicia con la extracción de una gota de sangre del paciente, para luego colocarla en una cajita blanca, similar a la de una prueba de embarazo o de glucosa”, ejemplifica Trujillo.
“Las líneas donde se coloca la gota de sangre podrían tornarse moradas o no, allí es donde analizo los posibles resultados”, que según explica Trujillo, podrían ser cuatro diferentes: negativa, positiva de anticuerpo IgM, positiva de anticuerpo IgG o positiva de ambos anticuerpos. “Los anticuerpos IgM se generan cuando una infección es activa. Los anticuerpos IgG determinan que la infección ya no está presente en un cuerpo”, define Lau.
“Estas pruebas no se recomiendan para diagnóstico”. Lau es enfática en esto, pues asegura que se corre el riesgo de decirle a una persona que es negativa, cuando sí podría tener el virus, pero no haber generado defensas. “Tanto en prueba de antígeno como en prueba de anticuerpos: si sale positivo, pues el virus está presente. Si sale negativo pero tiene síntomas, habría que hacer una prueba molecular de PCR para confirmar”, recomienda la bióloga.
El Ministerio de Salud realiza pruebas moleculares a través del Laboratorio Nacional de Salud. Y, aunque el tiempo promedio de diagnóstico en este tipo de pruebas es de cinco horas, la entidad ha declarado que por la cantidad tan alta de hisopados que se realiza a nivel nacional, el proceso se ha ralentizado.
“Las pruebas de anticuerpos serían útiles para quienes ya dieron positivo a una molecular y están en proceso de recuperación. Si su prueba revela anticuerpos IgM se determina que seguirá bajo observación y si refleja anticuerpos IgG, se podría determinar que está recuperada”, señala Lau.
La ministra de Salud, Amelia Flores González, aseguró el jueves 2 de julio, durante una citación en el Congreso, que Guatemala contaba con 8,500 pruebas moleculares, y que el Ministerio había requerido la compra de 120 mil pruebas de antígeno. La compra fue adjudicada el 10 de julio a Labymed, S.A., por Q23.76 millones, según el portal Guatecompras. Se cuestionó a la portavoz del Ministerio, Julia Barrera, respecto al número de pruebas que tiene a la fecha el sistema de Salud y cuándo empezarán a correr las pruebas de antígeno; pero al cierre de esta nota, no había dado respuesta.
Hasta ahora, las pruebas de anticuerpos se realizan únicamente en el sistema de salud privado del país.