Por Newtral.es

Circula un vídeo en redes en el que se asevera que “el azúcar potencia la COVID-19” porque causa “una tormenta de citoquinas en los pulmones”. Los expertos coinciden en que el azúcar en grandes cantidades es malo para el organismo. Pero el pronóstico grave de algunos pacientes con coronavirus no está vinculado directamente al consumo (inmediato) de azúcar, sino a condiciones como la obesidad o la diabetes.

Nos habéis preguntado a través de nuestro servicio de verificación de Whatsapp (+34 627 28 08 15) por un vídeo en el que un hombre vestido de médico, que no se identifica, afirma que “el azúcar causa una tormenta en los pulmones” de quienes tienen coronavirus.

“Incluso hay pacientes que llegan sin mocos, pero no pueden respirar porque tienen esa tormenta de citoquinas. Por eso en México prohibieron la venta de dulces y comida chatarra”, se dice en el vídeo, titulado “el azúcar potencia la COVID-19”. Pero este contenido es engañoso. Te lo explicamos.

“La tormenta de citoquinas es una reacción de nuestro organismo que funciona como un arma para luchar contra las infecciones. El problema es que si estas citoquinas —pequeñas proteínas secretadas por las células— se producen en exceso, la reacción puede provocar inflamaciones o dañar al tejido del organismo”, explica a Newtral.es la investigadora Anna Planas del Instituto de Biomedicina de Barcelona.

“El azúcar no es el que causa la tormenta de citoquinas. Es el virus, en este caso el coronavirus, el que la provoca”, precisa Planas, quien aclara que “tener glucosa alta lo que puede hacer es que esta tormenta de citoquinas se exacerbe”.

De esta forma, “las personas con obesidad o diabetes, que tienen niveles de glucosa más elevados, sí pueden sufrir síntomas más graves, pero no es verdad que el consumo directo de azúcar provoque una tormenta de citoquinas”, señala a Newtral.es el investigador científico del Instituto de Biología Molecular de Barcelona, Timothy Thomson, líder del proyecto que estudia en España qué moléculas pueden frenar la tormenta de citoquinas causada por COVID-19 en casos graves.

“Hay que destacar que el consumo directo de azúcar no es el causante del empeoramiento de la COVID-19 porque la gente puede creer que tomar una bebida azucarada teniendo coronavirus puede agravar sus síntomas y no es así”, apunta Thomson.

La hiperglucemia, un factor de riesgo en pacientes con COVID-19 hospitalizados

Un estudio español, publicado en octubre en la revista científica Annals of Medicine y liderado por el investigador Javier Carrasco, analiza la asociación entre los niveles de glucosa en sangre y la mortalidad hospitalaria en pacientes no críticos hospitalizados con COVID-19 en España a partir de los datos clínicos de 11.312 pacientes.

Según sus resultados, la hiperglucemia también es un factor de riesgo importante en pacientes COVID-19 hospitalizados no críticos, independientemente de sus antecedentes de diabetes, que se asocia con mayor necesidad de ventilación mecánica, ingreso en UCI y riesgo de muerte.

“La hiperglucemia favorece que la COVID-19 evolucione peor”, explica a Newtral.es Carrasco, especialista de Medicina Interna en el Hospital Juan Ramón Jiménez (Huelva), quien es el nuevo coordinador del Grupo de Trabajo de Diabetes y Obesidad de la Sociedad Española de Medicina Interna.

“El estudio tiene en cuenta a los pacientes hospitalizados, no a las personas asintomáticas o con síntomas leves, por lo que en él no se relaciona directamente el consumo de azúcar con la probabilidad de infección o con un mayor riesgo de muerte en todos los pacientes con coronavirus”, insiste el experto, quien destaca la necesidad de «seguir estudiando la hiperglucemia en los casos de COVID-19, porque es un marcador de riesgo».

México no ha prohibido los dulces por la relación del azúcar y la COVID-19

Asimismo, en el vídeo se relaciona los efectos del azúcar en el organismo de los pacientes con COVID-19 con la prohibición de los dulces en México, pero es falso. El pasado 5 de agosto el Congreso local del Estado de Oaxaca, en México, aprobó una reforma de la Ley de los Derechos de Niñas Niños y Adolescentes del Estado en la que se prohíbe la venta y el consumo de bebidas azucaradas a menores de edad.

Según el comunicado de prensa del Congreso de Oaxaca, “la nueva legislación establece que, en la entidad, para la eliminación de formas de malnutrición, de niñas, niños y adolescentes se prohíbe la distribución, venta, regalo y suministro a menores de edad, de bebidas azucaradas y alimentos envasados de alto contenido calórico“.

No obstante, la ley no vincula la prohibición de estos alimentos con la COVID-19. De hecho, la página web del Congreso de Oaxaca recoge iniciativas relacionadas con la nueva ley para reducir el consumo de productos azucarados al menos desde 2019, antes de que estallara la pandemia por coronavirus en el mundo.

Los expertos ponen el foco en “la cantidad” de azúcar que consumimos

En el vídeo también se dice que “ya se sabía que no es bueno consumir azúcar pero este virus nos recordó que el azúcar es un veneno mortal”.

“El azúcar en sí no es tóxico”, aclara a Newtral.es Miguel Ángel Lurueña, doctor en Ciencias y Tecnología de los Alimentos y divulgador científico. “No pasa nada si un día en concreto tomas un dulce, pero hay que insistir en la importancia de las cantidades, porque un consumo elevado de azúcar puede contribuir al sobrepeso, la obesidad y la caries dental”.

Mucho azúcar es malo porque la glucosa aumenta los niveles de insulina y mucha insulina provoca una resistencia a su sensibilidad. También se asocia con enfermedades metabólicas”, añade Nabil Djouder, jefe de grupo de factores de crecimiento, nutrientes y cáncer en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas.

“Una disminución excesiva de la concentración de glucosa en sangre también puede ser perjudicial para la respuesta inmunitaria. Tanto la hipoglucemia como la hiperglucemia pueden alterar las funciones de las células inmunitarias y promueven respuestas inflamatorias”, añade Djouder, quien destaca que eso no quita que «el azúcar es muy malo e inflamatorio».

Es falso que las vacunas no funcionan bien en personas con azúcar alto

En el vídeo también se afirma que “incluso en las personas con el azúcar alto las vacunas no funcionan tan bien”. “Yo sé que dejar el azúcar es difícil, pero si no lo dejas ni la vacuna te podrá ayudar. Al dejar el azúcar nuestro sistema inmunológico vuelve a funcionar bien en 12 horas”, se asegura.

Thomson subraya que esto no tiene ningún fundamento científico. “Ni es verdad que las vacunas no funcionan bien en las personas con azúcar alto ni es cierto que el organismo de una persona que deje de consumir azúcar va a volver a estar bien en cuestión de 12 horas. No tiene ningún fundamento científico”, señala el investigador científico del Instituto de Biología Molecular de Barcelona.

“Si una persona se encuentra en estado de prediabetes y deja de consumir azúcar, en cuestión de meses o años disminuirá su riesgo de desarrollar diabetes. Pero eso no sucede de la noche a la mañana, es progresivo”, añade Carrasco.

La obesidad, un factor de riesgo en pacientes con COVID-19

Por otra parte, el hombre que aparece en el vídeo que estamos verificando también asegura que “en los países que consumen poco azúcar han fallecido menos personas por el virus. Perú y México son los que más consumen comida chatarra y los casos son más severos”.

Según el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades, desde el 31 de diciembre de 2019 y hasta el 16 de noviembre de 2020 se han notificado 54.576.428 casos de COVID-19 y 1.319.792 fallecimientos en el mundo. En América Latina el país con mayor número de decesos es Brasil con 165.658 personas fallecidas, seguido de México (98.542), Argentina (35.436) y Perú (35.231).

De acuerdo a los datos que recopilan la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, Brasil y México son de los países latinoamericano que mayor azúcar consumen.

No obstante, los expertos insisten en que la mayor tasa de mortalidad de los pacientes con COVID-19 no puede vincularse de forma “directa y exclusiva” al consumo de azúcar. “Se han registrado altas tasas de fallecimiento por coronavirus o de pronósticos más graves en zonas con alta tasa de obesidad. Pero en esos estudios se asocian las dos enfermedades y no el consumo de azúcar y la muerte por COVID”, concluye Thomson.

En resumen, enfermedades como la obesidad o la diabetes pueden suponer un factor de riesgo en la COVID-19, pero no hay evidencias científicas que vinculen de forma directa el consumo de azúcar con un pronóstico más grave de la enfermedad.