Por Chequeado

Circula en Facebook una carta de la médica Chinda Brandolino, conocida por su militancia en contra del aborto legal, que contiene una serie de afirmaciones y conclusiones sobre cómo supuestamente funciona la vacuna contra la COVID-19, sin aludir a ninguna en particular de las más de 200 que aún están en investigación. La misiva digital está dirigida a los senadores nacionales, que debatirán este jueves la media sanción del proyecto de “Ley de Vacunas Destinadas a Generar la Inmunidad Adquirida” contra esta enfermedad. Todas las aseveraciones del posteo viral son falsas.

El texto, publicado en la página de Facebook de Brandolino, “La mujer de la Ola Celeste”, fue compartido casi 11 mil veces, y un fragmento de la carta, con forma de placa, fue compartido otras 6 mil veces más, en la misma red social.

Además, el mensaje tiene su versión audiovisual, en un video de YouTube de 1 minuto y 47 segundos, con casi 70 mil reproducciones, en el que la misma usuaria, vinculada con los movimientos antivacunas y organizaciones negacionistas del Holocausto, lee algunas afirmaciones con su propia voz. El video y la imagen con el fragmento del texto también fueron compartidos en Instagram.

El video también llegó al número de WhatsApp de Chequeado (+54 9 11 3679-0690) para ser verificado.

¿Cómo actúa la vacuna, según Brandolino, y por qué es falso?

Según la médica, la vacuna “introduce un ácido ribonucleico (ARN) envuelto en nanopartículas de lípidos, para no ser atacado por los anticuerpos de nuestro organismo” y para que, de esta manera, el ARN “penetre directamente en el núcleo de todas nuestras células”.

Dice que la vacuna es capaz de “modificar nuestro genoma”; que “fabricará” la enzima convertidora de angiotensina 2 para que “despierte la producción de anticuerpos contra ella misma”, y que esta proteína “se encuentra abundantemente en testículos, y algo menos, en corazón y riñón”, y que “NO se encuentra en el pulmón”.

Por eso, llega a la conclusión de que la aplicación de la vacuna podría “esterilizar a todos los varones que la reciban, en forma perenne e irreversible”, y que es “altamente probable” que no solamente “muera mucha gente con su inoculación, sino que se produzcan alteraciones genéticas que se transmitirán a los hijos.

Todo esto, según pudo comprobar RedDES, es falso.

En el mundo aún no hay ninguna vacuna contra la COVID-19 que haya sido aprobada por una autoridad sanitaria para su venta, suministro y aplicación de manera masiva. Al respecto, en la actualidad hay 42 vacunas candidatas en la etapa de ensayo clínico y 10 se encuentran en fase 3 (pruebas en humanos), según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Acerca de la presunta capacidad de la eventual vacuna de “penetrar directamente en el núcleo de todas nuestras células”, tal como se explica en varios estudios científicos (ver acáacá y acá), las vacunas de ARN mensajero son seguras porque no contienen agentes infecciosos y no pueden de ninguna forma interferir en la secuencia de ADN de nuestras células.

Asimismo, consultada por RedDES, la infectóloga Natalia Laufer sostuvo que “las vacunas ARN, como también las de virus inactivado y las que usan adenovirus, se concentran en generar una respuesta de anticuerpos y una respuesta celular contra proteínas virales” y que, aunque es cierto que los receptores de la enzima convertidora de angiotensina están en distintas partes del cuerpo, como señala Brandolino, “también, y en distinta proporción, están en pulmones, que es la vía de entrada del SARS-CoV-2”.

La especialista en enfermedades infecciosas e investigadora del Conicet resaltó que “no se van a generar anticuerpos contra ese receptor”, porque “el receptor está ahí y no va a ser tocado por la respuesta inmune generada por las vacunas”.

“Además, las vacunas a ARN o ADN no tienen ninguna capacidad de modificar la información genética del individuo, porque no tienen ninguna posibilidad de insertarse dentro el ADN. No pueden modificar la información genética del individuo ni, por ende, que eso se transmita a su descendencia”, dijo Laufer.

En la carta digital, Brandolino también señala que “la vacuna en cuestión no es tal, sino que, simplemente es una terapia transgénica”. Sin embargo, tal como dijo a RedDES el doctor en Ciencias Químicas e investigador del Conicet Santiago Di Lella, “el término transgénico confunde”, porque “transgénesis significa introducir material genético de un organismo a otro, con el objeto de modificarlo genéticamente”.

Di Lella señaló que “las vacunas que actualmente están en prueba en base a ARN por supuesto que van a tener ácido nucleico sintético, porque no se extrae de otro organismo sino que se sintetiza”.

“Por ejemplo, la vacuna de Pfizer, que aún está en fase 3 y, por lo tanto, no debería llamarse como tal aún, funciona sobre la base de ácido nucleico sintetizado artificialmente”, agregó el especialista en bioquímica estructural.

¿Qué dijo Brandolino sobre el objetivo de la ley y por qué es falso?

La médica dijo que a los supuestos perjuicios de la vacuna en la salud de quienes se la apliquen “se debe la inmunidad jurídica que pretenden las farmacéuticas productoras”, supuestamente establecida en el proyecto de ley que debate el Congreso -cuyo autor es el diputado Pablo Yedlin (Frente de Todos)-, así como “la transferencia de la carga de resarcimiento económico, por los daños causados por la vacuna, al Estado Argentino”.

Sin embargo, como se explicó en esta nota de Chequeado, respecto de la inmunidad o protección legal para las compañías productoras de vacunas, lo que buscan algunos países es adaptar sus marcos legales para contrataciones más ágiles del Estado en el marco de la emergencia sanitaria por la pandemia, pero no en perjuicio de sus ciudadanos.

Los laboratorios, como también se explicó en esta otra nota de Chequeado, están haciendo acuerdos de comercialización para acceder a una futura vacuna en todo el mundo, de Bolivia a Tailandia; de Sudáfrica a España, y piden que en caso de surgir problemas contractuales estos puedan resolverse en los tribunales donde están radicadas sus casas matrices (prórroga de jurisdicción).

“Conejillos de indias” y “delito de lesa humanidad”

En la carta, Brandolino señala que “las vacunas presuntamente para prevención de la enfermedad Covid19, que se inocularían en ciudadanos argentinos, cual conejillos de indias, al principio en grupos reducidos, y luego masivamente en toda la población argentina”, son “parte de un aberrante fraude científico” (sic). Y agrega que la “inoculación de sustancias extrañas o dañinas en el organismo humano, sin la voluntad correctamente informada de las personas que las reciben, configuran DELITO DE LESA HUMANIDAD”.

Al respecto, consultado por RedDES, el diputado Yedlin resaltó que no existe ni existirá tal inoculación y que “se debe distinguir el hecho de participar de un estudio de fase 3 (ensayos con humanos), donde intervienen los comités de ética, los pacientes dan su consentimiento y los médicos siguen muy de cerca su evolución”, que es algo que “está sucediendo en la Argentina y en el mundo”, del hecho de que, “cuando el Ministerio de Salud compre las vacunas, éstas serán las ya registradas y autorizadas porque tendrán toda una evaluación detrás de que son seguras y eficientes”.

“Por lo tanto, nadie va a ser un conejillo de indias. Todos seremos, en todo caso, receptores de un tratamiento que va a estar demostrado que es seguro y eficaz”, aseveró.

Brandolino sí recomienda una vacuna, pero ésta tampoco existe

En el texto, Brandolino alude al SARS-CoV-2 como un “presunto nuevo virus”, cuando efectivamente se trata de una nueva cepa de coronavirus: tanto el virus como la enfermedad, COVID-19, eran desconocidos antes de que estallara el brote en la ciudad china de Wuhan, hace menos de un año, en diciembre de 2019.

También, la médica les recomienda a los senadores, “como propuesta alternativa”, que “propongan y avalen, la fabricación y utilización de la vacuna oral, sin coadyuvantes, mucho menos peligrosa, y no transgénica, que desarrolló el investigador del CONICET de Córdoba, Dr Luján” (sic).

Sin embargo, como se explicó en esta nota de Chequeadono existe tal vacuna: el investigador superior de Conicet Hugo Luján está trabajando en un desarrollo que se encuentra en fase preclínica (estudios con animales). Se presentó a 2 convocatorias del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación para el desarrollo de una vacuna oral contra la COVID-19, pero no quedó seleccionado.

Por último, Brandolino señala que “toda la información detallada sobre el fraude científico” está contenida “en el informe de la Junta Argentina de Revisión Científica ‘Cronología Target Vacuna contra COVID-19’, que todos los legisladores tienen en su poder y que les ha hecho llegar el Dr. y genetista, Luis Marcelo Martínez” (sic).

Las afirmaciones de Martínez también son falsas.

 

Esta nota fue producida por la Red Federal contra la Desinformación (RedDES), una red colaborativa federal de medios creada para producir y difundir verificaciones de rumores y contenidos falsos sobre coronavirus que están circulando a través de las redes sociales. Las vías de contacto son: por mail a redfederal@chequeado.com y /Chequeado en todas las redes. Si te llegó información sospechosa por WhatsApp podés enviarla al 11.3679.0690 para su verificación.